Sierra Nevada es uno de los más importantes y especiales ecosistemas de la Peninsula Ibérica, pero sus posibilidades turísticas hacen que sea visto desde la administración tan solo como un infraestructura del ocio y un lobby económico.El proyecto pretende formularse como una posibilidad de intervención ecosófica que ponga en cuestion los patrones de uso de la montaña.
El proyecto se basa en la idea de una generación artificial de un ecosistema.El proyecto, más que imitar la naturaleza, deviene naturaleza.
Al igual que los paraisos en el desierto, el proyecto plantea un sistema de almacenaje de agua que permita su uso en las épocas sin nieve para el cultivo de flores endémicas, transformandose la piel del edificio en un ecosistema propio, y convirtiendose en el laboratorio de flora del parque Natural de Sierra Nevada, implementado y reactivando el jardín botánico vecino, en actual decadencia económica y administrativa.
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